Una gran mancha solar apunta hacia la Tierra y amenaza con llamaradas de alta intensidad


El ciclo de actividad energética del Sol está en niveles máximos y se espera una "tormenta del siglo" que afectará el clima y las comunicaciones especialmente


Una gran mancha solar, conocida como AR1654, se encuentra activa y apuntando hacia la Tierra, según informa spaceweather.com. Además, meteorólogos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) han estimado que esta mancha ha aumentado un 10% las probabilidades de que se produzca una llamarada de la más alta intensidad (nivel X).
zoomLa actividad solar vista desde un telescopio de la NASA.
La actividad solar vista desde un telescopio de la NASA. NASA
Según ha señalado NOAA, actualmente las erupciones registradas desde esta mancha, que se ha visualizado hace cuatro días, alcanzan el nivel M (el segundo más potente en la escala de intensidad). En un principio, los expertos no se alarmaron ante este fenómeno, ya que se encontraba en el lado del Sol opuesto a la Tierra. Sin embargo, AR1654, que tiene un tamaño diez veces superior al de la Tierra, se está volviendo hacia el planeta al mismo tiempo que aumenta su actividad. Para los científicos, esta podría ser la mancha que "rompa la calma que se registraba en los últimos meses en el espacio".

ACTIVIDAD EN AUMENTO

La actividad solar ha ido aumentando desde el 2009, según ha señalado la NASA en un estudio reciente. De este modo, en solo tres años, los expertos han presenciado evolución creciente del ciclo solar, que culminará en el 2013, siendo este el año en el que se espera una mayor actividad.
Según el Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO), en el 2009, el Sol estaba aún cerca de periodo mínimo solar, con muy poca actividad. En el mínimo solar, la corona de luz visible se reduce casi a un plano, pero más cerca del máximo solar, las características de actividad aparecen en todas las latitudes solares.

TORMENTA SOLAR DEL SIGLO

En la actualidad, suele haber algún tipo de actividad todos los días. El máximo de este ciclo de actividad solar se espera este año, lo que supone que ciertos eventos, como llamaradas y tormentas solares, serán más probables. En este sentido, el Congreso de Estados Unidos hizo un llamamiento a los ciudadanos, a finales del 2012, para que desarrollen un plan de emergencias de cara a estar preparados para una "tormenta solar del siglo". Además, en una resolución parlamentaria, actualmente en trámite, se ha pedido a las comunidades locales que se doten de los recursos necesarios para abastecer a la población de un mínimo de energía, alimento y agua. Del mismo modo, en Alemania, Francia, Reino Unido y otros países europeos se están tomando "importantes medidas en la misma línea preventiva", ha apuntado.
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La tormenta solar de 1859 es considerada la tormenta solar más potente registrada en la historia.
En el año 1859 se produjo una gran eyección de masa coronal o fulguración solar.1 A partir del 28 de agosto, se observaron auroras que llegaban al sur hasta el Caribe.2
El pico de intensidad fue el 1 y 2 de septiembre, y provocó el fallo de los sistemas de telégrafo en toda Europa y América del Norte. Los primeros indicios de este incidente se detectaron a partir del 28 de agosto de 1859 cuando por toda Norte América se vieron auroras boreales.
Se vieron intensas cortinas de luz, desde Maine hasta Florida. Incluso en Cuba los capitanes de barco registraron en los cuadernos de bitácora la aparición de luces cobrizas cerca del cenit. En aquella época los cables del telégrafo, invento que había empezado a funcionar en 1843 en los Estados Unidos, sufrieron cortes y cortocircuitos que provocaron numerosos incendios, tanto en Europa como en Norteamérica. Se observaron auroras en zonas de baja latitud, como Roma, Madrid, La Habana y las islas Hawái, entre otras.

En las Islas Baleares encontramos una referencia en el Diario de Menorca.

Anteayer a hora avanzada de la noche vio una persona fidedigna dos auroras boreales, que si bien eran más diminutas que la que vimos años atrás no dejaron de causar un efecto maravilloso.—J. Hospitaler, 'Diario de Menorca' - Año 2 Número 237 (04/09/1859)3

Fue la interacción más violenta que nunca se ha registrado entre la actividad solar y la Tierra. La acción del viento solar sobre la Tierra el año 1859 fue, con diferencia, la más intensa de la que se tiene constancia. El día 28 de agosto aparecieron numerosas manchas solares, y entre los días 28 de agosto y 2 de septiembre se declararon numerosas áreas con fulguraciones. El 1 de septiembre el Sol emitió una inmensa llamarada, con un área de fulguración asociada que durante un minuto emitió el doble de energía de la que es habitual. Sólo diecisiete horas y cuarenta minutos después, la eyección llegó a la Tierra con partículas de carga magnética muy intensa. El campo magnético terrestre se deformó completamente y esto permitió la entrada de partículas solares hasta la alta atmósfera, dónde provocaron extensas auroras boreales e interrupciones en las redes de telégrafo, que entonces estaba todavía muy poco desarrollado.
Una tormenta solar de esta magnitud tendría graves consecuencias para la civilización actual. Los rayos cósmicos erosionan los paneles solares de los satélites artificiales y reducen su capacidad para generar electricidad. Muchos satélites de comunicaciones, por ejemplo la ANIK E1 y la E2 en 1994 y Telstar 401 de 1997 han resultado dañados por este motivo. Un caso un poco diferente se debe a la expansión de la atmósfera por los rayos X que produjo daños al Asko japonés el 14 de julio de 2000. Los satélites artificiales han sido diseñados específicamente para evitar las calamidades del clima espacial, pero las redes eléctricas son incluso más frágiles. Los grandes transformadores están conectados a tierra y, por tanto, pueden ser susceptibles de ser dañados por las corrientes continuas inducidas por las perturbaciones geomagnéticas y aunque los transformadores evitasen la destrucción de los núcleos magnéticos se podrían cargar durante la mitad del ciclo de corriente alterna, lo que distorsionaría la forma de las ondas de 50 o 60 Hertz. En el año 1859, el invento del telégrafo se había producido 15 años atrás y la infraestructura eléctrica estaba realmente en su infancia. La tormenta solar de 1994 causó errores en dos satélites de comunicaciones, afectando a los periódicos, las redes de televisión y el servicio de radio en Canadá. Otras tormentas han afectado sistemas desde servicios móviles y señales de TV hasta sistemas GPS y redes de electricidad. En marzo de 1989, una tormenta solar mucho menos intensa que la perfecta tormenta espacial de 1859, provocó que la planta hidroeléctrica de Quebec (Canadá) se detuviera durante más de nueve horas; los daños y la pérdida de ingresos resultante se estiman en cientos de millones de dólares. Como señala una página web de la Universidad George Washington "la meteorología espacial, que es el resultado de los rayos X y de partículas de alta energía del Sol que interactúan de manera compleja con la Tierra, atmósfera y campo magnético, a menudo afectan a los modernos sistemas tecnológicos negativamente (por ejemplo, satélites, la red eléctrica, la radio), causando pérdidas económicas y sociales en las latitudes altas de la Tierra, como el norte de Estados Unidos, Canadá, Escandinavia y Rusia, que están en particular riesgo porque los campos magnéticos convergen en estas regiones "