Misiones sufre una radiación ultravioleta que supera el 10, cuando la normal es de 3

Se trata de un fenómeno astronómico que se da cada 11 años y finalizaría en mayo del 2013. Según el astrónomo Sergio Toscano, se produce cuando campos magnéticos muy potentes pegan contra la Tierra


El planeta está atravesando una tormenta solar, fenómeno que se da cada 11 años y que finalizará aproximadamente en mayo o junio de este año. “Las tormentas solares se caracterizan cuando el sol aparece con manchas y cuando cambia la polaridad de éstas. A su vez, toda esa radiación hace que la atmósfera se dilate, lo que perjudica las comunicaciones satelitales. A nivel planetario, hace que el clima esté desorientado, con muchas tormentas e inestabilidad”, explicó Toscano.
“Las radiaciones pueden producir el dilatamiento de la atmósfera terrestre alcanzando a satélites de baja altitud orbital los que se pueden caer al encontrarse súbitamente dentro de la gravedad terrestre, además de perturbaciones en las comunicaciones de radio, televisión y telefonía celular. Las hermosas observaciones de lo que se ha dado en llamar Auroras (tanto australes como boreales) nos indican que estamos inmersos en una “Tormenta Solar o Geomagnética”.
Asimismo, el experto recordó el caso que se dio en Quebec, Canadá. “Hace unos quince años, se dio un fenómeno de estas características en este lugar y toda la ciudad estuvo sin luz durante veinticuatro horas ya que se fundieron los cables de alta tensión, fue terrible”.
Por otra parte, señaló que los rayos ultravioletas en la región de Misiones son de “10 más extremo”, cuando la radiación normal es de 3. “No es para asustar a la gente, sino para que tomen consciencia, hay que cuidarse ya que es una radiación ultravioleta muy alta y ello puede producir problemas serios en la salud”, explicó y agregó: “Cuando cambia la polaridad de las manchas del sol, ello es producto dela actividad de esta estrella, que se pone cada vez más violenta”.
Estos datos sobre la radiación ultravioleta coinciden con los brindados por la Oficina de Prevención Ante Desastres Naturales en su sitio digital. Allí se especifica que en la Escala UV del sistema americano, un 11 ya se considera extremo, por lo que la exposición máxima al sol sin protección debería ser, para personas con piel clara, de 20 minutos, siendo que para aquellas que posean piel oscura, la exposición no debería pasar de los 30 minutos.
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La tormenta solar de 1859 es considerada la tormenta solar más potente registrada en la historia.
En el año 1859 se produjo una gran eyección de masa coronal o fulguración solar.1 A partir del 28 de agosto, se observaron auroras que llegaban al sur hasta el Caribe.2
El pico de intensidad fue el 1 y 2 de septiembre, y provocó el fallo de los sistemas de telégrafo en toda Europa y América del Norte. Los primeros indicios de este incidente se detectaron a partir del 28 de agosto de 1859 cuando por toda Norte América se vieron auroras boreales.
Se vieron intensas cortinas de luz, desde Maine hasta Florida. Incluso en Cuba los capitanes de barco registraron en los cuadernos de bitácora la aparición de luces cobrizas cerca del cenit. En aquella época los cables del telégrafo, invento que había empezado a funcionar en 1843 en los Estados Unidos, sufrieron cortes y cortocircuitos que provocaron numerosos incendios, tanto en Europa como en Norteamérica. Se observaron auroras en zonas de baja latitud, como Roma, Madrid, La Habana y las islas Hawái, entre otras.

En las Islas Baleares encontramos una referencia en el Diario de Menorca.

Anteayer a hora avanzada de la noche vio una persona fidedigna dos auroras boreales, que si bien eran más diminutas que la que vimos años atrás no dejaron de causar un efecto maravilloso.—J. Hospitaler, 'Diario de Menorca' - Año 2 Número 237 (04/09/1859)3

Fue la interacción más violenta que nunca se ha registrado entre la actividad solar y la Tierra. La acción del viento solar sobre la Tierra el año 1859 fue, con diferencia, la más intensa de la que se tiene constancia. El día 28 de agosto aparecieron numerosas manchas solares, y entre los días 28 de agosto y 2 de septiembre se declararon numerosas áreas con fulguraciones. El 1 de septiembre el Sol emitió una inmensa llamarada, con un área de fulguración asociada que durante un minuto emitió el doble de energía de la que es habitual. Sólo diecisiete horas y cuarenta minutos después, la eyección llegó a la Tierra con partículas de carga magnética muy intensa. El campo magnético terrestre se deformó completamente y esto permitió la entrada de partículas solares hasta la alta atmósfera, dónde provocaron extensas auroras boreales e interrupciones en las redes de telégrafo, que entonces estaba todavía muy poco desarrollado.
Una tormenta solar de esta magnitud tendría graves consecuencias para la civilización actual. Los rayos cósmicos erosionan los paneles solares de los satélites artificiales y reducen su capacidad para generar electricidad. Muchos satélites de comunicaciones, por ejemplo la ANIK E1 y la E2 en 1994 y Telstar 401 de 1997 han resultado dañados por este motivo. Un caso un poco diferente se debe a la expansión de la atmósfera por los rayos X que produjo daños al Asko japonés el 14 de julio de 2000. Los satélites artificiales han sido diseñados específicamente para evitar las calamidades del clima espacial, pero las redes eléctricas son incluso más frágiles. Los grandes transformadores están conectados a tierra y, por tanto, pueden ser susceptibles de ser dañados por las corrientes continuas inducidas por las perturbaciones geomagnéticas y aunque los transformadores evitasen la destrucción de los núcleos magnéticos se podrían cargar durante la mitad del ciclo de corriente alterna, lo que distorsionaría la forma de las ondas de 50 o 60 Hertz. En el año 1859, el invento del telégrafo se había producido 15 años atrás y la infraestructura eléctrica estaba realmente en su infancia. La tormenta solar de 1994 causó errores en dos satélites de comunicaciones, afectando a los periódicos, las redes de televisión y el servicio de radio en Canadá. Otras tormentas han afectado sistemas desde servicios móviles y señales de TV hasta sistemas GPS y redes de electricidad. En marzo de 1989, una tormenta solar mucho menos intensa que la perfecta tormenta espacial de 1859, provocó que la planta hidroeléctrica de Quebec (Canadá) se detuviera durante más de nueve horas; los daños y la pérdida de ingresos resultante se estiman en cientos de millones de dólares. Como señala una página web de la Universidad George Washington "la meteorología espacial, que es el resultado de los rayos X y de partículas de alta energía del Sol que interactúan de manera compleja con la Tierra, atmósfera y campo magnético, a menudo afectan a los modernos sistemas tecnológicos negativamente (por ejemplo, satélites, la red eléctrica, la radio), causando pérdidas económicas y sociales en las latitudes altas de la Tierra, como el norte de Estados Unidos, Canadá, Escandinavia y Rusia, que están en particular riesgo porque los campos magnéticos convergen en estas regiones "