Cuatro tormentas solares en una semana


El tema de las tormentas solares afectando la vida en la Tierra cuenta ya con el aval de todas las instituciones oficiales de la materia: incluso la NASA ha advertido de los efectos que tienen las explosiones en el Sol sobre el campo magnético terrestre. Satélites, líneas eléctricas y dispositivos electrónicos de todo tipo podrían quedar inservibles en un santiamén.

Jose Manuel Nieves es un reconocido blogger español que lleva adelante el blog de Cienca y Tecnología del diario ABC. Famoso por su búsqueda del rigor científico, Nieves advierte sobre las posibilidades de que nuevas tormentas solares impacten contra la Tierra en los próximos días.
“Una serie de gigantescas manchas solares, las mayores aparecidas en años, han sido detectadas en el Sol durante el pasado fin de semana. Por lo menos cuatro de ellas tienen un diámetro mayor que el de nuestro planeta y el potencial para generar llamaradas de intensidad X, las mayores que es capaz de producir el Sol. Los expertos alertan de los posibles riesgos y recomiendan que se tomen precauciones.
Llamado AR1476, el oscuro grupo de manchas mide más de 100.000 km de extremo a extremo. Las enormes manchas aparecieron, debido a la rotación solar, en la cara visible del Sol durante el pasado fin de semana y en los próximos días esa misma rotación las colocará justo en la dirección de la Tierra.
La región más activa de AR1476 ya ha generado varias erupciones de clase M, las segundas más potentes. Según su intensidad (que depende del flujo de rayos X emitidos, medidos en watios por metro cuadrado) las llamaradas solares pueden ser de categoría A, B, C, M y X. Cada clase, subdividida a su vez en números del 1 al 9, es diez veces más potente que la anterior. En la imagen bajo estas líneas, tomada por el astrónomo Alan Friedman, las manchas son perfectamente visibles.
Expertos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos estiman que existe un 75% de probabilidades de que las manchas generen más llamaradas de la clase M durante las próximas 24 horas. Y un 10% de probabilidades de llamaradas de clase X.
Las erupciones solares provocan la expulsión de una gran cantidad de materia solar al espacio. El fenómeno, conocido como Eyección de Masa Coronal (CME) es capaz de proyectar fuera del Sol una ingente cantidad de materia y radiación a una velocidad de miles de km. por hora. Cuando las llamaradas solares apuntan hacia la Tierra, esas ardientes nubes de plasma pueden llegar hasta nuestro planeta y causar daños en los satélites de comunicaciones y en los sistemas eléctricos.
El escudo magnético de la Tierra, la magnetosfera, es capaz de protegernos de una gran parte de las CME que llegan hasta aquí, desviándolas hacia los polos y provocando espectaculares auroras. Sin embargo, si una CME es lo suficientemente fuerte y su campo magnético está alineado con el terrestre, puede penetrar a través de nuestro escudo natural llegar a la superficie y causar graves daños”.
El tema lentamente ha ido ganando lugar en los medios de comunicación. Incluso varias películas catastrofistas de Hollywood han sabido sacarle provecho al milenario temor del hombre a que el sol acabe con nuestro planeta. Para la tradición gnóstica, por ejemplo, la explosión del sol no sería más que la ira divina del apocalipsis cristiano. Para los Galos, significaría qe el cielo se desplome sobre nuestras cabezas. Para los Mayas representaría el final del ciclo. Etcétera.
En el tecnológico mundo actual, casi todo se maneja con componentes electrónicos. Tan grande es la dependencia de estos dispositivos que tiene el hombre que es dificil graficar la magnitud de la catástrofe para el hombre si el sol llega a desactivar aunque sea la mitad de ellos en un solo momento.
Desde celulares y electrodomésticos hasta las grandes líneas eléctricas, pasando por inyectores de coches o computadoras que regulan el funcionamiento de los mercados, cualquier cosa que afecte en mayor o menor medida a la vida de la gente en la tierra quedaría automaticamente desactivada. Los efectos de semejante evento son inimaginables.

Share:

0 comentarios:

Publicar un comentario

About

La tormenta solar de 1859 es considerada la tormenta solar más potente registrada en la historia.
En el año 1859 se produjo una gran eyección de masa coronal o fulguración solar.1 A partir del 28 de agosto, se observaron auroras que llegaban al sur hasta el Caribe.2
El pico de intensidad fue el 1 y 2 de septiembre, y provocó el fallo de los sistemas de telégrafo en toda Europa y América del Norte. Los primeros indicios de este incidente se detectaron a partir del 28 de agosto de 1859 cuando por toda Norte América se vieron auroras boreales.
Se vieron intensas cortinas de luz, desde Maine hasta Florida. Incluso en Cuba los capitanes de barco registraron en los cuadernos de bitácora la aparición de luces cobrizas cerca del cenit. En aquella época los cables del telégrafo, invento que había empezado a funcionar en 1843 en los Estados Unidos, sufrieron cortes y cortocircuitos que provocaron numerosos incendios, tanto en Europa como en Norteamérica. Se observaron auroras en zonas de baja latitud, como Roma, Madrid, La Habana y las islas Hawái, entre otras.

En las Islas Baleares encontramos una referencia en el Diario de Menorca.

Anteayer a hora avanzada de la noche vio una persona fidedigna dos auroras boreales, que si bien eran más diminutas que la que vimos años atrás no dejaron de causar un efecto maravilloso.—J. Hospitaler, 'Diario de Menorca' - Año 2 Número 237 (04/09/1859)3

Fue la interacción más violenta que nunca se ha registrado entre la actividad solar y la Tierra. La acción del viento solar sobre la Tierra el año 1859 fue, con diferencia, la más intensa de la que se tiene constancia. El día 28 de agosto aparecieron numerosas manchas solares, y entre los días 28 de agosto y 2 de septiembre se declararon numerosas áreas con fulguraciones. El 1 de septiembre el Sol emitió una inmensa llamarada, con un área de fulguración asociada que durante un minuto emitió el doble de energía de la que es habitual. Sólo diecisiete horas y cuarenta minutos después, la eyección llegó a la Tierra con partículas de carga magnética muy intensa. El campo magnético terrestre se deformó completamente y esto permitió la entrada de partículas solares hasta la alta atmósfera, dónde provocaron extensas auroras boreales e interrupciones en las redes de telégrafo, que entonces estaba todavía muy poco desarrollado.
Una tormenta solar de esta magnitud tendría graves consecuencias para la civilización actual. Los rayos cósmicos erosionan los paneles solares de los satélites artificiales y reducen su capacidad para generar electricidad. Muchos satélites de comunicaciones, por ejemplo la ANIK E1 y la E2 en 1994 y Telstar 401 de 1997 han resultado dañados por este motivo. Un caso un poco diferente se debe a la expansión de la atmósfera por los rayos X que produjo daños al Asko japonés el 14 de julio de 2000. Los satélites artificiales han sido diseñados específicamente para evitar las calamidades del clima espacial, pero las redes eléctricas son incluso más frágiles. Los grandes transformadores están conectados a tierra y, por tanto, pueden ser susceptibles de ser dañados por las corrientes continuas inducidas por las perturbaciones geomagnéticas y aunque los transformadores evitasen la destrucción de los núcleos magnéticos se podrían cargar durante la mitad del ciclo de corriente alterna, lo que distorsionaría la forma de las ondas de 50 o 60 Hertz. En el año 1859, el invento del telégrafo se había producido 15 años atrás y la infraestructura eléctrica estaba realmente en su infancia. La tormenta solar de 1994 causó errores en dos satélites de comunicaciones, afectando a los periódicos, las redes de televisión y el servicio de radio en Canadá. Otras tormentas han afectado sistemas desde servicios móviles y señales de TV hasta sistemas GPS y redes de electricidad. En marzo de 1989, una tormenta solar mucho menos intensa que la perfecta tormenta espacial de 1859, provocó que la planta hidroeléctrica de Quebec (Canadá) se detuviera durante más de nueve horas; los daños y la pérdida de ingresos resultante se estiman en cientos de millones de dólares. Como señala una página web de la Universidad George Washington "la meteorología espacial, que es el resultado de los rayos X y de partículas de alta energía del Sol que interactúan de manera compleja con la Tierra, atmósfera y campo magnético, a menudo afectan a los modernos sistemas tecnológicos negativamente (por ejemplo, satélites, la red eléctrica, la radio), causando pérdidas económicas y sociales en las latitudes altas de la Tierra, como el norte de Estados Unidos, Canadá, Escandinavia y Rusia, que están en particular riesgo porque los campos magnéticos convergen en estas regiones "