En mayo del 2013 el sol podría “quemar” la Tierra


Se dice que muchos platudos están construyendo en secreto los refugios donde esconderse en caso de que se pudra todo


El mundo terminará consumido por una lluvia de fuego, palabras más, palabras menos, según está escrito en el libro del Apocalipsis, en la Biblia. Para el rollete, acostumbrado a una vida con otro tipo de problemas, tipo el fracaso de la Albirró, la falta de plata para la cuenta de Ande o Essap, la advertencia bíblica no ocupa muchos minutos de su atención diaria.
Sin embargo, esta vez fueron los propios estudiosos quienes echaron a rodar el chisme de que en mayo del 2013 es muy probable que una feroz tormenta solar liquide en un syky toda la tecnología moderna y apague la red eléctrica o de producción de energía eléctrica. Si eso ocurre, sería como volver -en un abrir y cerrar de ojos- a la vida que tenía la perrada 500 años atrás, según los entendidos.
Na’ que ver. Mucha gente reacciona diciendo que eso es imposible, a no ser que estés viendo alguna peli tipo “2012” donde se pudre todo y solo unos pocos elegidos –como dice en la Biblia– terminan salvándose en unas embarcaciones modernas, pero inspiradas en la famosa Arca de Noé.
La triste verdad es que hubo un suceso parecido en 1859. Entre los universitariokuéra, el fenómeno es conocido como el “evento Carrington”, en honor al capeto inglés que registró la cuestión. Cuando eso, el sol escupió una “gigantesca montaña” de fuego y la oleada de calor umía llegó en menos de un día a la Tierra y ahogó casi la totalidad de los cielos en una aurora de color rojo sangre la noche siguiente y “paralizó la navegación y comunicación global, tal y como era en ese entonces. Las brújulas se tornaron inútiles y la red telegráfica cayó dejando solo el fantasma de la electricidad en los cables”, según publicó en el 2007 el escritor Stuart Clark en su libro “The Sun Kings (El sol reina).”
Todos contra todos
De repetirse el escenario de 1895, pero en un mundo hoy totalmente dependiente de la energía eléctrica, lo que se teme es que las consecuencias sean catastróficas. Sin comunicaciones, es decir, sin Internet, celular, teléfono de línea baja, radio, ni televisión, más el bolonqui en los cielos, el rollo podría entrar en pánico y podría desatarse una especie de todos contra todos, ya que no habrá forma de pedir ayuda a nadie, a no ser que sea a tu vecino. Y si él se tira en tu contra, amóntema.
Y ante esta perspectiva, no es nada raro que la gente que está construyendo los famosos “refugios anti fin del mundo” niegue hasta la muerte que construyó el búnker. Lo último que querrían estas previsoras personas es sufrir la suerte del vecino de Homero Simpson, quien construyó un subterráneo para salvarse, pero todos sabían dónde estaba y, cuando la morcilla se puso negra, todos entraron ahí, menos él, el que construyó la “cueva”.
Búnkers aquí y allá
Según circula entre unos pocos entendidos, a nivel país hay pequeños grupos trabajando en silencio en el tema de construir un refugio “anti fin del mundo”. Dicen que el problema para encontrar un lugar ideal en nuestro país es la altura. El búnker tiene que estar, por los menos, a 300 metros sobre el nivel del mar. Incluso, se chismea que hay paraguayos buscando un sitio aislado y seguro hasta en la propia Colombia. Pero, todo se maneja bajo siete llaves ndaje.
“No va a ser la gran cosa”
Y hablando de la eventual tormenta solar del año que viene, le preguntamos al profesor Blas Servín si ya teníamos nomás que comenzar a construir un sótano’i en nuestro patio. El capeto nacional en astronomía minimizó la cuestión, aunque dejó entender que algo podrá ocurrir. “No va a ser gran cosa. No se va a repetir lo de Carrington (evento de tormenta solar de 1895)”, he’i karai Servín.
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1 comentario:

  1. Va a pasar algo fuerte con la interacción del sol y de la tierra. Sin embargo creo que tendrá que ver con lo que desencadena la energía solar en el planeta como: erupciones, grandes terremotos (8,9), y comportamientos agresivos en las personas.

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La tormenta solar de 1859 es considerada la tormenta solar más potente registrada en la historia.
En el año 1859 se produjo una gran eyección de masa coronal o fulguración solar.1 A partir del 28 de agosto, se observaron auroras que llegaban al sur hasta el Caribe.2
El pico de intensidad fue el 1 y 2 de septiembre, y provocó el fallo de los sistemas de telégrafo en toda Europa y América del Norte. Los primeros indicios de este incidente se detectaron a partir del 28 de agosto de 1859 cuando por toda Norte América se vieron auroras boreales.
Se vieron intensas cortinas de luz, desde Maine hasta Florida. Incluso en Cuba los capitanes de barco registraron en los cuadernos de bitácora la aparición de luces cobrizas cerca del cenit. En aquella época los cables del telégrafo, invento que había empezado a funcionar en 1843 en los Estados Unidos, sufrieron cortes y cortocircuitos que provocaron numerosos incendios, tanto en Europa como en Norteamérica. Se observaron auroras en zonas de baja latitud, como Roma, Madrid, La Habana y las islas Hawái, entre otras.

En las Islas Baleares encontramos una referencia en el Diario de Menorca.

Anteayer a hora avanzada de la noche vio una persona fidedigna dos auroras boreales, que si bien eran más diminutas que la que vimos años atrás no dejaron de causar un efecto maravilloso.—J. Hospitaler, 'Diario de Menorca' - Año 2 Número 237 (04/09/1859)3

Fue la interacción más violenta que nunca se ha registrado entre la actividad solar y la Tierra. La acción del viento solar sobre la Tierra el año 1859 fue, con diferencia, la más intensa de la que se tiene constancia. El día 28 de agosto aparecieron numerosas manchas solares, y entre los días 28 de agosto y 2 de septiembre se declararon numerosas áreas con fulguraciones. El 1 de septiembre el Sol emitió una inmensa llamarada, con un área de fulguración asociada que durante un minuto emitió el doble de energía de la que es habitual. Sólo diecisiete horas y cuarenta minutos después, la eyección llegó a la Tierra con partículas de carga magnética muy intensa. El campo magnético terrestre se deformó completamente y esto permitió la entrada de partículas solares hasta la alta atmósfera, dónde provocaron extensas auroras boreales e interrupciones en las redes de telégrafo, que entonces estaba todavía muy poco desarrollado.
Una tormenta solar de esta magnitud tendría graves consecuencias para la civilización actual. Los rayos cósmicos erosionan los paneles solares de los satélites artificiales y reducen su capacidad para generar electricidad. Muchos satélites de comunicaciones, por ejemplo la ANIK E1 y la E2 en 1994 y Telstar 401 de 1997 han resultado dañados por este motivo. Un caso un poco diferente se debe a la expansión de la atmósfera por los rayos X que produjo daños al Asko japonés el 14 de julio de 2000. Los satélites artificiales han sido diseñados específicamente para evitar las calamidades del clima espacial, pero las redes eléctricas son incluso más frágiles. Los grandes transformadores están conectados a tierra y, por tanto, pueden ser susceptibles de ser dañados por las corrientes continuas inducidas por las perturbaciones geomagnéticas y aunque los transformadores evitasen la destrucción de los núcleos magnéticos se podrían cargar durante la mitad del ciclo de corriente alterna, lo que distorsionaría la forma de las ondas de 50 o 60 Hertz. En el año 1859, el invento del telégrafo se había producido 15 años atrás y la infraestructura eléctrica estaba realmente en su infancia. La tormenta solar de 1994 causó errores en dos satélites de comunicaciones, afectando a los periódicos, las redes de televisión y el servicio de radio en Canadá. Otras tormentas han afectado sistemas desde servicios móviles y señales de TV hasta sistemas GPS y redes de electricidad. En marzo de 1989, una tormenta solar mucho menos intensa que la perfecta tormenta espacial de 1859, provocó que la planta hidroeléctrica de Quebec (Canadá) se detuviera durante más de nueve horas; los daños y la pérdida de ingresos resultante se estiman en cientos de millones de dólares. Como señala una página web de la Universidad George Washington "la meteorología espacial, que es el resultado de los rayos X y de partículas de alta energía del Sol que interactúan de manera compleja con la Tierra, atmósfera y campo magnético, a menudo afectan a los modernos sistemas tecnológicos negativamente (por ejemplo, satélites, la red eléctrica, la radio), causando pérdidas económicas y sociales en las latitudes altas de la Tierra, como el norte de Estados Unidos, Canadá, Escandinavia y Rusia, que están en particular riesgo porque los campos magnéticos convergen en estas regiones "